miércoles, 14 de enero de 2009

Leyendas...

LAS TIERRAS PÉRDIDAS
Alfonso Real


La Atlántida no es la única tierra legendaria pérdida bajo las aguas. Se ha dicho que dos continentes enteros desaparecieron sin dejar rastro; los dos eran mayores que la Atlántida y cada uno de ellos ha sido descrito, en algún momento, como la cuna de la humanidad.

Los nombres de estos dos perdidos jardines del Edén eran Mu y Lemuria. Se supone que Mu estaba situado en el océano Pacífico y que su tamaño doblaba el de Australia. La leyenda afirma que Lemuria ocupaba la mayor parte del océano Índico y unía África con Oceanía.

La teoría acerca de la existencia de Mu fue formulada en 1870 por el coronel James Churchward; el coronel narró que, mientras servía con los Lanceros de Bengala en la India colonial británica, ciertos sacerdotes hinduistas le comunicaron los secretos de la tierra perdida. Entre otras cosas, le enseñaron una lengua olvidada, llamada naacal. El coronel Churchward contó, además, que en la India había hallado petroglifos idénticos a las célebres piedras talladas e inscritas de México. Según esos petroglifos, dijo el militar británico, Mu se hundió en el océano a causa de una gran catástrofe natural, hace 12.000 años, y sus 64 millones de habitantes perecieron.

El relato sobre el continente perdido de Lemuria tiene una base lógica más firme. El nombre del continente fue acuñado por el profesor Philip Sclater, zoólogo británico del siglo XIX, y deriva del animal llamado lémur. Los fósiles de lémures y de otros animales de eras anteriores, encontrados en África y Malasia, sugirieron a Sclater la posibilidad de que existiera un continente perdido bajo el océano Índico.

Entre quienes apoyaron la teoría de Sclater, se contaban el eminente biólogo Ernest Hackel y el evolucionista Thomas Huxlev.

La leyenda de Lyonesse, una tierra que estaba situada a la altura de la costa sudeste de Inglaterra y de la que se dice que fue visitada por el rey Arturo y sus caballeros, se apoya en nociones menos fantasiosas.

William de Worcester, un cronista del siglo XV, se refiere a ciertos pergaminos monacales en los que se afirmaba que Lyonesse poseía “Ciento cuarenta iglesias parroquiales y estaba situada entre Cornualles y las islas Scillv; esa tierra se sumergió luego”. La leyenda afirma que Lyonesse se hundió en el mar en un solo día.

El folklore indica que su desaparición se debió a un extraordinario castigo decretado por el mago Merlín, para ahogar a Mordred, el caballero que traicionó al rey Arturo, y a sus rebeldes cómplices.

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